Historia de las tragaperras (parte 1)

Al hacer su aparición las tragaperras, a finales del siglo 19, los casinos experimentarían un crecimiento desmedido

Origen de las tragaperras

A fines del siglo 19, en la mayoría de casinos y salones de juegos de los Estados Unidos solo podían encontrarse juegos como la ruleta americana y el blackjack, así como el resto de juegos de mesa y dados. Un ingeniero mecánico llamado Charles Fey, había visto en Nueva York un prototipo de máquina de rodillos que entregaba premios en especie. Se le ocurrió la idea de poner una ranura y permitir que el apostador pudiera introducir monedas y recibir si ganaba, una de cincuenta centavos. Así se originó la célebre máquina tragaperras o tragamonedas.

Popularidad de la tragaperras

Pronto esta máquina mejorada por Charles Fey, empezó a tener cada vez más adeptos en los casinos de Estados Unidos. Su gran ventaja quedó evidente en su ingeniosa manera de juego y apuesta: solamente con introducir monedas por medio de la ranura se podía jugar y recibir monedas a cambio. Esto haría que se convirtiera en el juego de las clases populares, por encima de la ruleta y el blackjack, para los que era necesario cambiar fichas que representaban grandes cantidades de dinero.

Tragaperras en el siglo XX

La llegada del nuevo siglo, no hizo sino acentuar todavía más la popularidad de las tragaperras. Con la modificación de la palanca por un botón que se oprimía para poder hacer girar los rodillos, los jugadores continuaron apostando con monedas, que poco a poco, empezarían a hacer tránsito hacia los billetes y en la actualidad, incluso, en forma de dinero virtual. Las tragaperras superaron en popularidad a la ruleta americana, en los casinos de Estados Unidos.